lunes, 27 de septiembre de 2010

Grupo Eterno S.A. - Cuento


¡Hola, lector misterioso! Va mi primer publicación en este blog de un cuento de ciencia ficción. Nos ubica en un futuro no muy lejano en una sociedad totalitarista y autoritaria dónde existen los bancos temporales,
en los cuales el dinero puede cambiarse por tiempo y el tiempo por dinero. Esa es la premisa.
Espero, si se anima a leerlo, disfrute.


Grupo Eterno S.A

La ociosa espada

sueña con sus batallas.

Otro es mi sueño.

J. L. Borges


- Su saldo será acreditado a la cuenta de Instantes Acumulados para su posterior disfrute, cuando quiera y donde quiera. Gracias por elegir “Eternitas”, su banco temporal de confianza. ¡CLANK! - la voz femenina de la máquina se apagó con un ruido metálico.

El viejito que manejaba el cajero quedó libre para otorgar su primer lugar al siguiente en la fila, un hombre gordo y alto con uniforme naval. En la etiqueta de su nombre se leía: Capitán Izmo. Pero él sólo era ahora la cabeza de la serpiente formada por la seguidilla de humanos parados uno tras otro, que excedía ampliamente la caja de zapatos blanca que hacía de hall receptor del banco de tiempo de “Grupo Eterno S.A.”

Ferche analizaba el entorno minuciosamente, no quería perder detalle. Aparecía en su mente la madre postrada en un hospital, no cualquiera no, del mismo grupo que el banco.

Los pisos brillaban, las paredes tintineaban, la puerta doble de vidrio polarizado y la máquina de atención al cliente rompían con la secuencia de laca lustrada indefinidamente. En el techo asomaba una semiesfera observadora, último modelo en artículos de seguridad corporativa, ésta no se perdía de nada y, encima, se puede elegir cualquier ángulo de visión. Al lado de la puerta, el custodio, aparentemente el único personal humano de la sucursal, dormitaba sobre un banquito de cristal, con su flamante uniforme blanco-plateado con dos “N” repetidas a la altura del pecho y debajo de su nombre la firma estilizada de Grupo Eterno.


lunes, 20 de septiembre de 2010

jueves, 9 de septiembre de 2010

El adefesio y vos - Cuento

¡Hola, lector misterioso! Envío otro cuento al espacio para que levite por ahí dónde no haya gravedad. "El adefesio y vos" es un cuento en segunda persona que, como mínimo, busca ponernos en un lugar incómodo a través de la interpelación. Espero que aterrice en ¿buen? terreno.
Hasta el próximo.
El adefesio y vos

Habías comenzado a actuar raro sin darte cuenta, no fue de un día para el otro como comentarían después, sino que para vos fue tan gradual (asquerosamente gradual, si se me permite) que llegaste a ser algo que no sabías que eras y que, por extensión, no sabías que podías llegar a ser. Pero lo eras y, claro, lo sos.
Habitabas un sucuchito lindo, como te gustaba decirle, en el corazón de la capital, insertado en el mundo pero muy lejos de él, relacionante poco y nada con los demás seres cercanos, rogando a la providencia que no se te acerque nadie a no ser que sea soberanamente funcional a un asunto importante. Por esa época estabas terminando la carrera de abogacía, a los ponchazos diría Mabel, pero dándole como nunca al estudio que tanto te hizo parir en estos últimos nueve años.